viernes, 26 de septiembre de 2014

Es hora del instante







Es hora del instante, de poner un cerrojo a mis labios
me siento anclada en el espacio vacío de la nada.
embriagada del todo, de la nada
de la inmovilidad de las certezas,
de las miserias, de las carencias,
de la inconsciencia, del desconocimiento.
y sé que  hay  espectros que están en vigía permanente
y se beben mi sangre
y no intuyen que la vida se  consuma en un instante,
e ignoran que todos los nombres
están tatuados en los labios de la parca 
y  que hace mucho que yo ya no estoy, 
no soy,  no existo,
que  me embarque en un navío que pasó llevándome,
que me uní al  sonido del  silencio
que soy una alma viajera, 
libre fascinada en la oquedad de la noche, 
que soy solo dueña de  todos aquellos seres
que pueblan mis sueños, 
en la densa niebla de mi almohada.


lunes, 15 de septiembre de 2014

El sol del arte






Desde que partiste,
el sol del arte permanece escondido
en mi  inconsciente,
y me tortura sin plazo,
acapara mi yo interno,
ya no brota la alborada en mi interior, 
se tritura el verbo no nacido,
hay la certeza de que la vida huye,
se escabulle, escapa, 
en un manto gris
de tristeza y soledad
las horas son iguales
y comprenden la tragedia que se enrosca
en la ventana cerrada de mi corazón.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Huellas





Vivo tratando de borrar  cicatrices,
mientras el galope de mis latidos
exige deslizarse lentamente
por la sombra que me lleva al vértice del cielo,
infringiendo límites
y deseando que esta lluvia golpetee tu ventana
y mi pasión se haga verbo en tu templo,
no ves que soy la mujer sin nombre,
sin rostro, nacida de tus olas,
soy un avatar y he venido a inducirte
a través de la palabra en mensajes de mil tonos,
soy la mujer que domina la soledad,
la que nunca existió ni antes ni después
de las manos del tiempo,
soy la mujer de pasiones intensas,   
aquella que habita en tus sueños,
aquella que quiere  expresarse
en el tálamo de tus más íntimos deseos;
soy aquella que te liberará
de las cadenas que te atan a la tierra,
soy la única que percibe de tu mente solo el beso,
soy aquella que no ve el demonio
entre las rocas incandescentes del deseo,
soy el alma que quiere aplacar tu fuego.