martes, 19 de enero de 2016

No soy, no estoy, no existo





No soy, no estoy, no existo
Quiero entender porqué me persigues
acaso no viste que tengo una herida abierta
que me hice en la noche
en el camino de la luna y las estrellas,
por deambular escondida de ti.

no ves que no soy, no estoy, no existo…. ¡entiende!

Lloro dormida por no despertar huyendo de ti
no quiero ser la brasa ardiente de tu fuego
no quiero abrir mi ojos y encontrar
el elixir nacarado del acoso inclemente de tu cenit
en mis sábanas blancas

no quiero mezclar las aguas mansas de tu río
con las locas y agitadas de mi mar
no quiero beber de tu pasado
ni el de todas tus generaciones
no bajaré desnuda hasta tu estera, no lo haré

no soy, no estoy, no existo…. ¡entiende!

si yo fuera tú
huiría lejos muy lejos
donde no me alcance el fuego de su cálamo
que ahora duerme pasivo en su luna en calma
no soy, no estoy, no existo…. ¡entiende!

Aquí solo está.. el adagio
                                       la sentencia
                                                        el verbo recién parido
 
la lluvia…. la sal….. el viento



Mientras tanto, yo seguiré sembrando olas en las tormentas del mar en donde nadie escucha el llanto del violín cuando es devorado por sus ansias, buscando la razón de mi ser en los pedazos que voy uniendo de mis raíces fracturadas, escondiéndome en el abismo obscuro de mi galera de silencio y soledad, preguntándome si llegaré al final del túnel donde nace esta lluvia que me ahoga y cosechando amores que cada día que pasa saben a renuncias.



Asoreth

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