Vestida de crueldad me visita tu ausencia
y mi noche se transforma en una larga agonía
las horas se hacen eternas, esperando que se escurra
éste amanecer recién parido
mi corazón y mi cuerpo yacen desnudos
sobre las sábanas blancas manchadas de sueños no nacidos
y me quedo vacía de palabras
por buscar tus huellas en las olas del amanecer
en silencio hasta la sombra de la parca tiembla y
palidece
y me estremezco, me marchito y muero extrañamente
pensando en que esta soledad y el frio que me abriga
es igual al de las caracolas marina
que lamen el semen de las perlas dormidas
para luego arrastrase y expandirlo en el útero del mar
en silencio, como una corona nacarada de fuego
para luego yacer insepultas eternamente.
Asoreth
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