Dices que las mujeres que escriben
al vértigo del látigo como yo, al final duelen.
No, solo duele el amor y duele la muerte
y para Ti yo no soy ni el uno ni la otra.
simplemente soy los seres de los sueños
como niebla entre la almohada que para Ti,
creí pasaban inadvertidos pero ahora sé
que a escondidas lees mi verbo y me retratas
y a solas en medio de tormentas profanas
de espamos de deseo,
se enciende la razón de tus confines
y se desprende tu ansia salvaje y primitiva
pero lleno de temores
Y hace que tus pupilas anhelantes y lascivas
y tus manos y las yemas de tus dedos malandrines
advierten venir las notas
y sonatas de la guitarra de mi cuerpo
como una melodía antes jamás sentida,
pero de pronto te das cuenta
y solo cabalgas con el viento
Asoreth
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