miércoles, 9 de noviembre de 2016

Por qué acrecentabas mis miedos



Madre, porque acrecentabas mis miedos
con  tus miedos y en lugar de protegerme
no me explicaste que si me acercaba al abismo
 podría salir mal herida por el filo punzante de la noche

porque no me explicaste  que no debía
aferrarme a un suspiro  agonizante de la luz
y que la soledad  ahuyenta la humedad
y la vida así solo huele a tierra abandonada

Madre, porque no me hablaste del dolor que
provoca la sombra cuando es proyectada en
los espejos, y de la trágica tempestad
que acumula la memoria

Porque me encerraste en una jaula de cristal y
no me dejaste perseguir mi propia sombra y
cubrirme por mi cuenta con el manto  de  la
orfandad del mundo

Porque nunca me dijiste que sólo el verbo que
brota del alma es el que sangra y que el poeta
muere de dolor de parto universal que lleva
grabado en su memoria, cada día y en
absoluto secreto

Por qué no me dijiste lo que pasaría si dejaba
ingresar por el hilo escarlata de mi sangre a
las notas mágicas de la Amarantha de un
cantor de mi pueblo en lugar de acrecentar mis miedos

Asoreth

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